Más allá de la palabra de moda: ¡vea Agile en acción! Sumérgete en escenarios del mundo real y descubre cómo este enfoque transforma proyectos y ofrece resultados.
El Manifiesto Ágil se introdujo en 2001 y con él surgió una forma completamente nueva de pensar sobre el proceso de desarrollo de software. Hoy en día, la metodología ágil se adopta como la mentalidad y la metodología preferida entre los equipos de desarrollo. Incluso otros tipos de empresas están adoptando una metodología ágil como una forma de dar prioridad a las personas y los productos.
Pero si bien la metodología ágil ciertamente tiene varios beneficios, su implementación puede ser un desafío en muchos entornos. ¿Cómo hacen esto las empresas exitosas? ¿Cómo se pueden mitigar estos obstáculos?
¿Qué es ágil?
Agile es una mentalidad y un enfoque para el proceso de desarrollo de software. Originalmente, se consideró un sucesor de la metodología Waterfall, que se usaba comúnmente antes de la introducción de Agile. La cascada ahora se considera menos flexible. Esto se debe especialmente a la frecuencia con la que los requisitos cambian y los desarrolladores y miembros del equipo necesitan repensar sus procesos.
Agile se basa en el Manifiesto Agile, que consta de 12 principios que se centran en la colaboración y la mejora continua del software. Los principios también priorizan la satisfacción del cliente (de hecho, este es el primer principio) y la flexibilidad en el proceso de desarrollo. Incluso al final del proceso, los desarrolladores deberían agradecer los cambios en los requisitos.
El Manifiesto también destaca la importancia de proporcionar software funcional y de alta calidad, así como de mantener a todas las partes interesadas informadas e involucradas durante todo el proceso. Toda la metodología tiene como objetivo guiar al equipo y adaptarse a un escenario en constante cambio.
Ágil en la práctica: un estudio de caso
La empresa bancaria multinacional Barclays buscó racionalizar sus esfuerzos y convertirse en una organización de servicios globales más eficaz. En el blog de la empresa, Jonathan Smart, director de Formas de trabajo, analiza cómo el banco adoptó un enfoque ágil para promover la flexibilidad e involucrar a los equipos.
En 2015, Barclays comenzó el proceso de adopción de prácticas ágiles, pero, como señala Smart, "no hay una fecha de finalización: se trata de ser el mejor para ser mejor, y es un viaje sin fin". Aun así, informó que la empresa tenía datos importantes que mostraban que los elementos de trabajo y los problemas se resolvían en la mitad del tiempo y al 50% del costo, lo que generaba mejores resultados generales.
La filosofía centrada en el cliente, señala, tiene muchos beneficios, incluida la capacidad de obtener comentarios más rápido.
Según Smart, la metodología ágil no sólo se aplica a los departamentos de tecnología de Barclays. El área de Auditoría Interna de la empresa, por ejemplo, también adoptó esta mentalidad. Antes de hacerlo, los auditores trabajaban en muchas auditorías simultáneamente, lo que generaba ineficiencias en los procesos y muchos cambios entre proyectos. La adopción de una metodología ágil ha resultado en menos trabajo en progreso, menos proyectos simultáneos, tiempos de finalización más cortos y una reducción general del desperdicio.
Si bien reconoce que “es un gran cambio de mentalidad”, Smart alienta a los líderes a trabajar con sus equipos para impulsar la aceptación, dotándolos de una misión que cumplir y ayudándolos a colaborar para lograrla.
5 trampas para evitar
Para que los equipos realmente sigan la metodología ágil de manera efectiva en el mundo real, deben ser conscientes de los errores comunes asociados con la mentalidad.
1. No conseguir la aceptación de la empresa
La agilidad depende de la colaboración. Para lograrlo, los líderes deben involucrar a todos los involucrados en la metodología. El cambio no es fácil, especialmente cuando has estado haciendo las cosas de una manera durante mucho tiempo. El proceso lleva tiempo y es necesario apelar a los intereses de la gente. Al comenzar el proceso de implementación de una metodología ágil, mantenga a los empleados informados sobre el por qué y el cómo detrás de la decisión. También pida su opinión: como esto depende de la colaboración, los miembros del equipo serán esenciales para que se produzca el cambio.
2. Ignorar el papel del talento
A menudo, se pasan por alto las habilidades de las personas que forman un equipo ágil. Si desea que sus productos tengan éxito y que sus clientes estén satisfechos con sus resultados, es fundamental asegurarse de contar con diversas habilidades en su equipo y llenar los vacíos que existan. Piense más allá de las habilidades técnicas o duras: la metodología ágil también requiere habilidades blandas como la comunicación, la resolución de problemas y, por supuesto, la colaboración.
3. Falta de planificación
Es cierto que ágil es una metodología muy flexible que anima a los desarrolladores a responder a los cambios en los requisitos y otros elementos del proceso, no a evitarlos. Se trata de “seguir la corriente”, por así decirlo. Pero eso no significa que el proceso de desarrollo de software no necesite todavía planificación.
La planificación es crucial para elementos integrales del proceso de desarrollo, tales como:
Presupuesto
Recopilación de requisitos
Programar estimaciones
Incorporación de miembros del equipo involucrados en el proyecto. Aunque puede desviarse del plan original, sigue siendo una parte fundamental de Agile.
4. Olvidarse de la escalabilidad
Su primer proyecto ágil probablemente no será el último. Además, este proyecto inicial podría ser una versión rudimentaria o menos sofisticada de lo que está por venir, como un MVP. Considere cómo su organización puede crecer rápidamente y también cómo se pueden mejorar sus productos. Si está comenzando con un departamento o algunos equipos, piense en cómo se puede incorporar con éxito la agilidad en otros aspectos de su organización, como lo ha hecho Barclays.
5. Problemas de comunicación
Una comunicación sólida es fundamental para un desarrollo ágil. Si no ha establecido canales y métodos de comunicación claros con los miembros del equipo, los clientes y otras partes interesadas, tanto el proceso como el resultado final se verán afectados. Inicialmente, las organizaciones deben determinar cómo se comunicarán, en términos de métodos y frecuencia, para evitar que ocurran estos problemas.
Esto es cierto para los equipos presenciales que comparten ubicación, pero es aún más crítico para los equipos distribuidos, que no tienen el beneficio de compartir un espacio de trabajo. Agile ha revolucionado la forma en que entregamos software. Cuando las organizaciones adoptan con éxito esta mentalidad, significa mejores productos, clientes más felices y equipos más eficientes y productivos.