Los polímeros exhiben características viscosas y elásticas, o viscoelasticidad, una característica poderosa que ofrece claras ventajas. Sin embargo, antes de elegir sujetadores poliméricos, los diseñadores deben evaluar los efectos de la relajación de tensiones en los polímeros, que pueden causar fallas en las juntas con el tiempo.
La relajación del estrés es una disminución gradual del estrés en respuesta a un esfuerzo constante. Esto significa que los materiales poliméricos tienen menos tendencia a volver a su forma original después de retirar el relleno. Por lo tanto, la relajación de la tensión es un factor de diseño importante a considerar para ensamblajes donde un sujetador de polímero experimenta fuerzas sostenidas durante la aplicación.
Por ejemplo, cuando se utilizan soportes a presión, es importante evaluar la relajación del estrés. Estos efectos pueden ser irreversibles porque la modificación del material aglutinante es un fenómeno molecular, como roturas o reorientaciones en las cadenas moleculares de los polímeros.
Mientras que la relajación del estrés examina cómo varía el estrés, la fluidez es una medida del aumento de la tensión. Ambos se utilizan para determinar la estabilidad dimensional:
- Alivio del estrés: Se aplica un esfuerzo constante y el estrés disminuye con el tiempo.
- Arrastramiento: Se aplica una tensión constante y la deformación aumenta con el tiempo.
La relajación de la tensión puede ser difícil de medir con precisión y la forma específica de respuesta a la deformación varía según el tipo o grado de polímero. Desafortunadamente, las hojas de datos de materiales pueden proporcionar información insuficiente para describir el potencial de alivio de tensión a largo plazo de un sujetador. Se recomienda realizar pruebas prácticas para garantizar que el sujetador cumpla con las expectativas de diseño.
Como ocurre con la mayoría de los sujetadores, también se debe considerar el rendimiento del material en relación con el sustrato. Un juicio inadecuado en la selección de sujetadores puede resultar en que el sujetador se afloje o se salga, lo que puede provocar fallas en la unión durante el ensamblaje. Por ejemplo, en aplicaciones médicas, el alivio de tensiones es motivo de especial preocupación porque los fallos de montaje pueden provocar fugas en las conexiones de fluidos.