Haverá uma segunda onda de COVID-19?  Como os empreiteiros podem se preparar

¿Habrá una segunda ola de COVID-19? Cómo pueden prepararse los contratistas

El brote de coronavirus ha afectado a la mayoría de los sectores empresariales, incluida la construcción. La actividad empresarial se reanudará gradualmente a medida que los gobiernos levanten las restricciones y las órdenes de quedarse en casa. Sin embargo, algunos expertos creen que podría haber una segunda ola de COVID-19 y que las empresas constructoras deberían tener una estrategia en marcha. Incluso si no hay una segunda ola, las empresas pueden tomar medidas para ser más resilientes frente a futuras pandemias.

Las empresas de arquitectura, ingeniería y construcción pueden reducir el riesgo de infección por coronavirus con una combinación de protocolos de seguridad y tecnología. La COVID-19 también tiene implicaciones legales para el sector de la construcción, ya que la enfermedad no se aborda directamente en muchos contratos. Además, la cobertura de muchos planes de seguro no está clara para las pérdidas relacionadas con el coronavirus.

Gestiona tu proyecto de construcción de manera eficiente y cumple con los protocolos de prevención del COVID-19.

Algunos proyectos de construcción se consideran críticos: se les permitió continuar durante el brote de COVID-19 bajo estrictos protocolos de seguridad. Por tanto, las medidas de prevención del coronavirus ya son muy demandadas.

Combinando protocolos de seguridad con tecnología en el lugar de trabajo

Trabajar desde casa es una de las medidas más efectivas contra el COVID-19, por la sencilla razón de que los empleados no interactúan en persona. Los proyectos de construcción se pueden diseñar y aprobar con colaboración remota, pero los contratistas y su personal deben estar físicamente presentes para continuar más allá de este punto.

Incluso durante la fase de construcción, es posible trabajar desde casa para muchas funciones. Se puede esperar una curva de aprendizaje, ya que esta puede ser la primera experiencia de colaboración remota para algunos empleados. Sin embargo, los beneficios de seguridad de trabajar desde casa superan con creces los desafíos de gestión que conlleva la transición.

tecnología usable

En las obras se pueden aplicar medidas de distanciamiento social y equipos de protección personal (EPI). Sin embargo, los trabajadores de la construcción deben permanecer cerca unos de otros para algunas tareas, lo que hace imposible el distanciamiento social.

  • Los trabajadores deben tener EPI en estos casos, pero los jefes de obra también pueden limitar el número de personas en un área específica.
  • Los cronogramas de los proyectos también se pueden editar para que los equipos trabajen en diferentes momentos, lo que reduce aún más el riesgo de transmisión de COVID-19.

La tecnología portátil tiene aplicaciones prometedoras en las obras de construcción. Los trabajadores pueden llevar sensores que detectan si no están manteniendo una distancia segura y pueden ser advertidos inmediatamente con señales audiovisuales.

Con los datos recopilados por sensores portátiles, los gerentes de construcción también pueden identificar qué actividades dificultan el distanciamiento social. Pueden reprogramar estas actividades o cambiar su diseño para minimizar los riesgos de COVID-19. Por ejemplo, pueden designar rutas unidireccionales para minimizar la interacción directa entre trabajadores.

Las empresas constructoras también pueden implementar drones de vigilancia y cámaras de 360° para monitorear los sitios del proyecto con una interacción mínima. Por ejemplo, los supervisores pueden volar un dron a través de un sitio de construcción en lugar de realizar una inspección en persona. Los sensores infrarrojos en las entradas del proyecto también pueden detectar trabajadores con fiebre, rastreando los casos de COVID-19 de manera más efectiva. No todo el mundo desarrolla fiebre cuando se expone al virus, pero la fiebre es una advertencia de casos potenciales.

Frente al COVID-19 en los contratos y planes de seguros

seguro covid

El brote de coronavirus ha creado nuevas responsabilidades y costos en los proyectos de construcción. Lo ideal sería que estos problemas se resolvieran de manera amistosa entre propietarios y contratistas, pero algunos casos pueden dar lugar a litigios. Para evitar conflictos legales asociados al COVID-19, la mejor solución es cubrirlos explícitamente en futuros contratos.

Los contratos de construcción ahora deben incluir disposiciones específicas para el coronavirus, como protocolos de seguridad obligatorios. En los contratos existentes, el coronavirus puede estar cubierto por cláusulas de fuerza mayor con definiciones amplias. Las definiciones específicas pueden excluir el coronavirus, incluso si la enfermedad no se mencionó por su nombre cuando se redactó el contrato.

La cobertura de seguro también puede caer en una zona gris con respecto al COVID-19.

  • Algunos planes de seguro excluyen explícitamente los virus y otras enfermedades infecciosas, pero otros no son tan claros.
  • El seguro de responsabilidad general puede cubrir a un contratista si alguien de su equipo se infecta debido a la negligencia de otra parte.
  • Los contratistas deben monitorear todas las comunicaciones oficiales de los gobiernos estatales, ya que pueden introducir cobertura obligatoria para algunos problemas de COVID-19.
  • Las pandemias suelen estar excluidas de la cobertura de interrupción del negocio. Sin embargo, las empresas pueden ser elegibles si hay daños físicos, como un incendio.

Mantener la salud de los trabajadores debería ser la máxima prioridad de todas las empresas. Esto es algo socialmente responsable y también puede salvarle de problemas legales y financieros. La imagen pública de una empresa también podría verse gravemente perjudicada si permitiera un brote interno de COVID-19.

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